Hace unos meses, mis padres viajaron para el trabajo. Se quedaron allí una noche, entonces una pareja de nuestra iglesia vino a nuestra casa para quedarse con mis hermanas y mi para la noche. Más temprano ese mismo día, la pareja nos explicó que una amiga nuestra los había entrevistado para una clase sobre misiones. Ella había grabado la entrevista en su celular.
Mientras hablábamos con la pareja, la mujer que se había reunido con ellos los llamó. Les dijo que no podía encontrar su celular y les preguntó si lo había dejado en su casa. Ellos prometieron que lo buscarían en la mañana.
Desafortunadamente, cuando llegaron a casa el siguiente día, no podían encontrar su celular. La mujer lo había perdido, que significaba que también había perdido su entrevista, además de todo el resto de la información que había metido allí.
Si yo hubiera estado en su lugar, habría sido devastada de perder mi trabajo. Ella estaba frustrada, pero tuvo una perspectiva única sobre lo que había pasado: ella creyó que Dios quería usar esa experiencia para alejar su enfoque de cosas materiales como su celular y ponerlo donde siempre debe estar, en Dios.
~*~
Cuando las cosas no salen como queremos, tenemos una tendencia de adoptar una actitud de “Ay de mi.” Pero en Santiago 1:2-4, Dios nos muestra una manera diferente de pensar:
“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.”
Nos enfrentamos “con diversas pruebas” todo el tiempo. En la situación que conté arriba, nuestra amiga hubiera podido lamentar su mal fortuna sin que nadie la culpara. Pero podía ver que Dios estaba usando la mala experiencia de perder su celular y toda la información que tuvo allí para recordarla poner sus ojos en Él. Como el versículo de arriba dice, pruebas, aún las pequeñas, pueden producir en nosotros una constancia que nos lleva a la perfección. Dios pone duras cosas en nuestros caminos para ayudarnos a crecer en nuestro camino Cristiano, para santificarnos. ¡Gloria a Él por esto!
Ora que Dios te ayude a buscarle a Él en circunstancias difíciles y que abra tus ojos a ver como puedes conocerle y obedecerlo mejor en las pruebas. Dale gracias y alabanzas por su sabiduría en poder trabajar en las problemas para Su gloria y nuestra santificación. Él realmente trabaja a través de nuestros problemas para nuestro bien (Romanos 8:28).
CRÉDITO DE LA FOTO: dreamstime.com
Jhh