top of page
Search
  • Lydia

Dando con Amor





Nuestra iglesia tiene una reunión de oración cada jueves. Lo tenemos en un parque cerca de nuestra iglesia.

Una semana, mientras estuvimos preparándonos para empezar, vino una mujer de la iglesia quién casi no pudo hablar porque su garganta le dolió tanto. Durante el devocional, ella empezó a toser sin parar. Otra mujer sacó un termo de café que había traído para sí misma de su bolsa. Sacó la tacita del encima del termo, la llenó de café y la dió a la mujer con la garganta dolorida.


~*~


La amabilidad de la mujer con el café me impresionó. Hizo una cosa muy simple, pero esta cosa ayudó a su hermana en Cristo. Me recordó de Hechos 2:44-47:


“Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. No dejaban de reunirse en el temple ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.”


¡Los creyentes compartían todo lo que tenían! ¡Les dieron los unos a los otros felizmente y generosamente! ¿No es asombroso considerarlo? Pero el pasaje no está escrito para asombrarnos. No debemos pensar, “¡Son super-Cristianos!” Sus acciones no deben ser sorprendentes – ¡deben ser normales! Todos los Cristianos debemos compartir entre nosotrospor nuestro amor por otros, un amor que refleja el amor de Jesús mostrado en Su muerte y resurrección de nuestra parte.


Por supuesto, debemos compartir con sabiduría. Para empezar, debemos evaluar las necesidades que vemos para discernir si son reales o no. También debemos manejar responsablemente cuanto damos para que no perdamos lo que necesitamos nosotros; ¿como vamos a continuar dando cuando ni tenemos suficiente para nosotros? Hay un punto en la que tenemos que decir, “Señor, he dado de acuerdo con mi habilidad. Por favor, provee lo que falta para satisfacer esta necesidad.”


Date cuenta del parte final del pasaje: “Alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.”Compartiendo entre nosotros muestra al mundo que nosotros los Cristianos, la iglesia, somos diferentes. Debemos aspirar a dar desinteresadamente con el propósito de proveer para las necesidades, si, pero también para mostrar a los no creyentes que Dios nos ha cambiado. Su obra en nosotros nos ha hecho más amantes, dadoras y sacrificadoras. ¡Este ejemplo de amor puede traer a las personas a la salvación!


Ore hoy día que Dios te de oportunidades de dar a la iglesia – no importa si eso sea dinero, otras cosas físicas, tus habilidades o tu tiempo. Agradécele por Su generosidad a ti y alábale por Su habilidad de proveer cada necesidad. Y recuerda, tus recursos realmente pertenecen a Dios; dando a la iglesia es una manera de devolver a Él todo lo que te ha dado. ¡Que aspiremos a dar con alegría, con generosidad y con gratitud!






CRÉDITO DE FOTO: christianity.com

21 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page